Practiqué la carrera a pie durante unos ocho años, entre los 16 y los 24 años de edad. Hacia el final de ese periodo, comencé a alternar esa actividad deportiva (la carrera pedestre) con recorridos en bicicleta, porque correr en superficies duras había dañado mis talones de Aquiles y eso me obligó a abandonar ese primer deporte. A los 26 años de edad, me inicié en el ciclismo de ruta. La práctica de ese segundo deporte me procuró un aumento en la musculatura de mis piernas y un incremento en su definición. Por lo demás, mi vida era difícil porque no trabajaba, no contaba con ningún ingreso, mi soledad y mi aislamiento se habían intensificado, vivía sumido en una grave violencia intrafamiliar padeciendo estados depresivos severos, había desarrollado una patología grave, de lo cual me enteraría 18 años más tarde, pese a haber contado con atención psiquiátrica desde esa época, a partir del año 1990. Perdí el contacto con David en 1987 (cuando el egresó de la universidad) y nos e...