Inspiración para escribir, y para seguir adelante
Pese a una inmovilidad que debería parecer preocupante, siento una tranquilidad que podría parecer extraña. Mi situación económica no es buena, el dinero que recibí como liquidación cuando fui despojado de mi empleo se ha acabado, y he vuelto a depender de alguien más.
Sin embargo, y pese a un estrés postraumático muy
severo, siento (sin poder explicar por qué) que he logrado vencer la adversidad
que la vida me deparó, y la grave patología que desarrollé por la violencia que
dominó mi existencia desde mi más temprana infancia. He confirmado (al leer y
traducir un libro sobre “luz de gas”, una técnica perversa que utilizan
individuos que padecen patologías narcisistas; sociópatas y psicópatas para
dañar o destruir la salud mental de sus víctimas) que mi padre era un psicópata
y su objetivo era provocarme un sufrimiento de tal intensidad que me conduciría
a quitarme la vida, o por lo menos, acabaría arruinado por abuso de sustancias
(adicción a alcohol, tabaco o drogas no legales) o algo así.
Ese hijo de puta (mi padre) falló al intentar
destruirme, fui capaz de manejar la violencia que perpetró contra mí y de adoptar
una postura de valor ante la adversidad, y mediante una libido potente (energía
vital) convertir mis debilidades en fortalezas.
Hace 26 meses, cuando perdí mi empleo, me puse como
objetivo consolidar mis capacidades para plasmar mis ideas mediante la
escritura, realizar la transición escribidor – escritor, pero no he sido capaz
de hacer casi nada y atribuyo el origen de esa inmovilidad a una de las
características de la neurosis, la evitación. No sé bien por qué se ha
manifestado ese síntoma de una manera tan severa, pero parece combinarse con la
procastinación y hasta la fecha, no he comenzado a escribir el libro
autobiográfico que tendría como intención exponer los posibles orígenes de la
enfermedad mental, y proponer abordajes para la recuperación, la sanación.
Al cobrar conciencia (muy dolorosa) de que mi padre
era un psicópata —lo cual lleva consigo un carácter sádico— han resurgido en mi
memoria muchas vivencias en las que ese mal individuo descalificaba todo lo que
yo decía, hacía parecer que mi discurso se componía en un cien por ciento de
disparates y sandeces, y si fuera posible analizar a todos los seres humanos que
han existido a partir de que el homo sapiens es eso, homo sapiens, sería
difícil encontrar a alguien remotamente tan idiota como su único hijo varón. Mi
madre no se daba cuenta de nada (en el mejor de los casos) o en el peor, se
sumaba a la violencia con una participación en que manifestaba una furia muy
intensa cuyo origen era la violencia que sus padres habían perpetrado contra
ella, a la que más tarde se sumó su cónyuge, mi padre, el hijo de la gran puta.
Revivir en mi memoria miles de recuerdos de violencia
perpetrada por mis padres y otras personas equivale a atizar el fuego del
dolor, lastimarme a mí mismo, flagelarme, provocarme un sufrimiento intenso. ¿Cómo
manejar esto? La escritura es un recurso, ya no como catarsis, sino como
actividad creativa que me da la posibilidad de convertir en algún tipo de
creación literaria mi deseo de vengarme de personas perversas y destructivas
que me hicieron daño, lo cual —a mi manera de ver— sería la manifestación de
otro mecanismo de defensa positivo, la sublimación.
Al mismo tiempo, necesito volver a trabajar, no
solamente para contar con los recursos económicos para seguir adelante, sino
para procurarme también la satisfacción de llevar una vida productiva. Para ello,
mi actividad laboral debe ser satisfactoria, lo cual no era en esa empresa
farmacéutica donde realizaba mis funciones única y exclusivamente porque me
pagaban, pues ese trabajo no resultaba satisfactorio en lo más absoluto.
Parte del sufrimiento psíquico que me ha aquejado
proviene de haber cobrado conciencia de que los prestadores de servicios
médicos, en colusión con la industria farmacéutica, tienen como objetivo
primordial lucrar con la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. No quieren
poblaciones sanas.
En mi país, millones de sus habitantes destruyen su
salud mediante el consumo cotidiano de alimentos y bebidas altamente tóxicos
que al cabo de unos años provocan diabetes, enfermedad cardiaca, cáncer,
insuficiencia renal, etc. Una vez que se diagnostica alguna de esas dolencias,
los mercenarios de la medicina empiezan a beneficiarse prestando servicios y
prescribiendo productos farmacéuticos que no conducen a una recuperación,
siendo el único objetivo lucrar con una tragedia gigantesca.
Médicos y similares (con honrosas excepciones) constituyen
un ejemplo de lo más representativo de la destructividad humana. Mi difícil
historia de vida también tiene mucha relación con eso, pues tres médicos
psiquiatras intentaron hacerme el mayor daño posible y eso es parte de la
violencia contra mí perpetrada por canallas que padecían patologías
narcisistas.
Para motivarme a escribir, traduzco ocasionalmente (debería
hacerlo con mayor frecuencia, de preferencia cotidianamente) material interesante
que encuentro en internet, principalmente en mi red social favorita, Twitter
(ahora X). Un ejemplo de eso es el blog de una dama a la que sigo en esa red
social, originaria de Rusia, que en una época no muy lejana en el tiempo se
llamó Unión Soviética. Ella vive en Países Bajos y tiene algo en común conmigo,
ha vivido la enfermedad mental, si bien, en mi caso se trata de algo que fue
clasificado como neurosis; en el caso de ella, una psicosis.
Hace tiempo me di a la tarea de traducir un libro
sobre un tema mencionado en párrafos anteriores, luz de gas (gaslighting), lo
cual dejé inconcluso en parte porque la afectación cognitiva provocada por el
estrés postraumático no me permitió seguir adelante, y en parte porque el tema
da lugar a que reviva en mi mente más vivencias muy dolorosas de mi pasado.
Tengo intenciones de concluir esa tarea, pero también me ha interesado la
traducción de otros libros que tienen que ver con enfermedad mental, como uno
escrito por otra dama de Twitter (X) que se recuperó de una psicosis, habiendo superado
incluso alta letalidad por ideación suicida.
Otras posibilidades incluyen la traducción de material
de publicaciones periódicas de otras naciones, incluso en otros continentes, a
miles de kilómetros de distancia.
Espero ser capaz de continuar con mi vida, en un
momento en que promete algo.
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