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Mostrando las entradas de octubre, 2023

Derrotar a tres antagonistas que intentaron aniquilarme, 3ª parte

  Practiqué la carrera a pie durante unos ocho años, entre los 16 y los 24 años de edad. Hacia el final de ese periodo, comencé a alternar esa actividad deportiva (la carrera pedestre) con recorridos en bicicleta, porque correr en superficies duras había dañado mis talones de Aquiles y eso me obligó a abandonar ese primer deporte. A los 26 años de edad, me inicié en el ciclismo de ruta. La práctica de ese segundo deporte me procuró un aumento en la musculatura de mis piernas y un incremento en su definición. Por lo demás, mi vida era difícil porque no trabajaba, no contaba con ningún ingreso, mi soledad y mi aislamiento se habían intensificado, vivía sumido en una grave violencia intrafamiliar padeciendo estados depresivos severos, había desarrollado una patología grave, de lo cual me enteraría 18 años más tarde, pese a haber contado con atención psiquiátrica desde esa época, a partir del año 1990. Perdí el contacto con David en 1987 (cuando el egresó de la universidad) y nos encon

Derrotar a tres antagonistas que intentaron aniquilarme, 2ª parte

  David y yo ingresamos a una universidad privada en agosto de 1983. Yo contaba con 19 años de edad, él era un año menor. Durante el primer año (los primeros dos semestres) casi no convivimos. A partir del inicio del cuarto semestre, comenzamos a interactuar y en algún momento, él se dio cuenta de que yo era un deportista serio, practicaba la carrera pedestre, medio fondo; el entrenamiento incluía sesiones en las que recorría de ocho a 14 km, ejercicios en pista, intervalos, cosas así. Una vez, David me visitó en mi casa. Yo llevaba puestos shorts y él se percató de que pese a mi delgadez (1.78 m de estatura, 69 kg de peso), la musculatura de mis piernas era potente y muy definida. La expresión de su rostro y el modo como se condujo durante esas horas que estuvo en mi vivienda, traicionó sus intentos por disimular un malestar demasiado intenso. Yo no le di mucha importancia al asunto, pero quedó en mi memoria. Poco tiempo después, en vacaciones de verano, pasé por su casa. Él no me

Derrotar a tres antagonistas que intentaron aniquilarme, 1ª parte

  Han pasado 26 meses a partir de aquel fatídico martes 17 de agosto de 2021, en que se consumó una injusticia muy grande (que comenzó cuatro años antes) y fui despojado de mi empleo por negarme a aceptar la impunidad obsequiada al narciso que me acosó laboralmente, un intocable que podía hacerle la vida miserable a quien se le antojara y vivía convencido de que no tenía nada que temer de nadie. Eso fue una repetición de lo que ha sido mi vida, casi desde el principio. En un escenario en que hay un agresor y un agredido, el agresor es arropado, protegido; el agredido es castigado con la mayor severidad. Esto sucede la mayor parte de las veces. Hace tiempo, comencé a interactuar con una dama en mi red social favorita —Twitter, ahora X— que escribió un libro sobre Gaslighting, término que es traducido al español como Luz de gas , una técnica perversa que usan individuos que adolecen de patologías narcisistas para dañar la salud mental de sus víctimas. Describe los comportamientos de

Liberación

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  El sábado pasado, 21de octubre, hice algo que me había propuesto evitar hacer. Haciendo uso de mi computadora personal (una all in one , marca Hewlett Packard, bastante deficiente) busqué información en internet sobre los personajes que participaron en la infamia que se cometió al despedir a un empleado que había sido objeto de acoso laboral, y al hacer lo que tenía derecho a hacer, negarse a aceptar la impunidad obsequiada a su agresor, se le despojó de su empleo. Se había desempeñado en el puesto de químico traductor durante seis años y tres meses, y había sido considerado excelente en todos aspectos; puntualidad, asistencia, desempeño, disciplina, productividad, etc. En contraste, su agresor era bien conocido por toda la empresa como una de las personas más dañinas de los más de mil empleados de la compañía. Una mujer que encabezaba el departamento más importante de esa empresa, donde se desarrollan los productos farmacéuticos, había hecho un acuerdo con el hijo del dueño —hombre

Bipolaridad y escritura, del blog de Ekaterina Netchitailova

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  Traducción de una entrada del blog de Ekaterina Netchitailova, doctora en filosofía 7 de octubre de 2023 Bipolaridad y escritura ¿Hubo algún tópico o asunto respecto al cual cambiaste tu postura?   Con frecuencia cambio mi postura respecto a mi forma de abordar mi “trastorno bipolar”. Un ejemplo reciente es haber decidido escribir abiertamente sobre mi diagnóstico y mi experiencia con la “psicosis”. Pensé mucho sobre eso y llegué a la conclusión de que si yo, una profesora universitaria, no es capaz de escribir sobre el tema, ¿quién podría? El estigma es enorme en el campo de la salud mental. Conozco el tema a fondo. Una vez perdí un ascenso en Inglaterra por haber informado sobre mi trastorno bipolar. También fui acosada en línea. Como resultado, los artículos sobre el tema —poco frecuentes— publicados en mi blog, o que hice llegar a Mad in America , fueron borrados de mi blog (yo me encargué de hacer eso) o fueron publicados anónimamente por editores amables, considerados.

Inspiración para escribir, y para seguir adelante

  Pese a una inmovilidad que debería parecer preocupante, siento una tranquilidad que podría parecer extraña. Mi situación económica no es buena, el dinero que recibí como liquidación cuando fui despojado de mi empleo se ha acabado, y he vuelto a depender de alguien más.  Sin embargo, y pese a un estrés postraumático muy severo, siento (sin poder explicar por qué) que he logrado vencer la adversidad que la vida me deparó, y la grave patología que desarrollé por la violencia que dominó mi existencia desde mi más temprana infancia. He confirmado (al leer y traducir un libro sobre “luz de gas”, una técnica perversa que utilizan individuos que padecen patologías narcisistas; sociópatas y psicópatas para dañar o destruir la salud mental de sus víctimas) que mi padre era un psicópata y su objetivo era provocarme un sufrimiento de tal intensidad que me conduciría a quitarme la vida, o por lo menos, acabaría arruinado por abuso de sustancias (adicción a alcohol, tabaco o drogas no legales) o

Crecer en la Unión Soviética, blog de Ekaterina Netchitailova

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Esto es un ejercicio de traducción, tomado del blog de una dama a la que sigo en Twitter (ahora X), Ekaterina Netchitailova @Chitailova   13 de octubre de 2023 Crecer en la Unión Soviética Miro con desesperación cómo se derrumba el mundo bajo el peso de tantas guerras. Me duele el corazón cada vez que reviso lo que sigo en X o leo las noticias en los medios antiguos. Gente muere, atrapada en pobreza, sin la mínima posibilidad de mejorar su condición de una vida. Frecuentemente me pregunto ¿cómo podría mejorar el mundo?, ¿cómo podría cambiar para bien? Quisiera decir que en una época viví en un hermoso orbe, era feliz en él. Recibí el privilegio de nacer en el mejor país del planeta: la Unión Soviética. El nombre de ese país quedó en mi pasaporte durante un periodo de tiempo considerable, antes de que cambiara a Rusia, como si la Unión Soviética no hubiera existido jamás. Existió, y fue capaz de impedir que el resto del mundo se trenzara en guerras de enormes dimensiones. Fu

Del blog de Ekaterina Netchitailova

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 Esto es un ejercicio de traducción  Blog de Ekaterina Netchitailova, doctora en filosofía  10 de octubre de 2023 Psicosis en un mundo demente He dejado de ir a gimnasios. La última vez que estuve en uno fue el 11 de septiembre de 2001. Había una pantalla de televisión en el lobby donde esperaba para tomar mi clase de step aerobics, y como sucedió a muchas otras personas ese día, la afectación al presenciar lo que sucedía en Estados Unidos, resultó excesiva. Pero lo que fue aún más traumático fue percatarme que el resto de los usuarios se comportaron como si nada hubiera sucedido. Continuaron con sus ejercicios y su clase de step, mientras yo salí a vomitar a la calle. El mundo, ese hermoso mundo inocente de los años 90s terminó entonces. Pronto comenzaron varias guerras en Oriente Medio y a mí me sorprendió percatarme del apoyo considerable que recibía en Occidente, donde yo había vivido durante muchos años, con ayuda de algunos medios de comunicación, confundiéndonos para que c

Transferencia de energía; constructiva en el emisor, destructiva para el receptor

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  Entre mediados de noviembre de 1997 y enero de 1998 (un periodo de tiempo muy breve) recorrí una de las avenidas más importantes de la ciudad donde vivo, de ida y vuelta, al dirigirme a mi lugar de trabajo, y al regresar a casa después de la jornada. Ese empleo acabó mal, renuncié al primer día hábil del mes de febrero de 1998. Ese día vi por última vez a mi “amigo”, compañero de la universidad al que conocí 14 años antes, en agosto de 1983 al ingresar a la universidad. Era él un megalómano al que la vida le había jugado rudo. Un poco más alto que yo (mido 1.78m, él 1.82, algo así) su anatomía era débil en extremo, algo que sus prendas de ropa (pantalón y camisa de manga corta) disimulaban, pero una vez lo vi vistiendo otro tipo de prendas y percibí una gravísima carencia de masa muscular, su anatomía parecía piel sobre huesos. En contraste, yo era delgado pero mi anatomía era la de un deportista serio. Era un hombre común, que se había entregado a actividad física continua durante

Evitar volver a golpear a mis enemigos, aunque lo merezcan

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  En la entrada anterior me referí a esas palabras textuales de Erich Fromm en ese capítulo 13 de su libro el miedo a la libertad en que hace un análisis de Adolfo Hitler, caso clínico de necrofilia. Ese terrible personaje de la historia –Hitler- era también, por supuesto, en caso extremo de narcisismo. Entonces, Fromm menciona esas palabras con que abrí la entrada anterior: … observaciones clínicas hechas anteriormente a propósito de las personas extremadamente narcisistas cuando son derrotadas. Por lo general no se reponen. Como su realidad interna, subjetiva y la externa objetiva, quedan completamente separadas, pueden hacerse psicóticos o padecer otros trastornos mentales. Leer esas líneas me trajo a la mente ese mal compañero que me agredió laboralmente durante más de cuatro años (en quien identifiqué un trastorno narcisista de la personalidad) que contaba con amplios antecedentes de acoso y era conocido por toda la compañía como una de las personas más dañinas, protegido por

Mi presencia en entornos destructivos

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  Han pasado más de dos años desde que fui despedido, aquel día de agosto de 2021 en que se consumó una injusticia muy grande y perdí mi empleo por no haber aceptado la impunidad obsequiada a mi agresor. El dinero que recibí como liquidación se ha terminado y vuelvo a vivir dependiendo de alguien. Espero ser capaz de resolver esta situación pronto, pero no quiero volver a trabajar como empleado, una situación muy desfavorable que puede fácilmente convertirse en algo horrible. Leí recientemente el libro el miedo a la libertad de Erich Fromm, que había leído hace unos 27 años, y ahora leo de manera desordenada anatomía de la destructividad humana, también de Fromm. Al leer el capítulo 13, agresión maligna. Adolfo Hitler, caso clínico de necrofilia (capítulo bastante extenso, de 61 páginas) me encuentro con unas líneas que dicen, textualmente: … observaciones clínicas hechas anteriormente a propósito de las personas extremadamente narcisistas, cuando son derrotadas. Por lo general no