Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de agosto, 2024

Un recurso para suprimir ese síntoma, la obsesión

  El síntoma más problemático es la obsesión, esos recuerdos de vivencias en que mi padre, mi madre, otros miembros de mi familia, conocidos, maestros, compañeros de las diferentes etapas de mi educación, compañeros de trabajo, desconocidos, etc., me agredieron sin que yo diera el menor motivo. Los efectos de eso fueron diversos, pero cuando los agresores fueron narcisistas malignos (mi padre psicópata; un compañero de la universidad megalómano; el psicópata que me acosó laboralmente durante cuatro años en esa empresa farmacéutica) las consecuencias fueron de tal magnitud que dieron lugar al tipo de enfrentamientos en que el derrotado puede acabar muerto. Ese síntoma tan lesivo, la obsesión, es acompañado por el resentimiento, que complica mi cotidianidad, dificulta en extremo disfrutar de lo favorable que hay en mi existencia: mi buena salud física, mi interés en el conocimiento y la cultura —literatura y música clásica y del periodo Barroco— y la motivación para intentar algún tipo

Obsesión, síntoma severo y lesivo de mi neurosis

  Está por terminar el octavo mes del año en que (en teoría) mi edad madura ha terminado, pues cumplí 60 años en abril pasado, hace cuatro meses. He padecido una patología grave (de las que se clasificaban como neurosis; un trastorno de personalidad, límite) que se gestó en primer lugar porque llegué al mundo con características PAS (Persona Altamente Sensible) y mis padres fueron muy destructivos. Además, habiendo llegado al mundo acompañado de una hermana gemela (la salud de los niños es más frágil cuando se trata de partos múltiples), presenté problemas severos de motricidad y coordinación desde que aprendí a caminar (siendo un bebé, por supuesto) que se agravaron durante mi niñez y la visión de uno de mis ojos es apenas de un 35 por ciento, periférica y por ello he vivido como si tuviera un solo ojo. Enfrenté dificultades para aprender (un trastorno por déficit de atención con hiperactividad, TDAH, que nunca se detectó y en consecuencia no se atendió) y ello dio a mis padres (l

Responsabilidad de los Intelectuales, Noam Chomsky; Prologo

  Prólogo El concepto “intelectuales” parece difícil de definir. ¿Quién califica? La interrogante surge de manera ilustrativa en el ensayo clásico de Dwight Macdonald “ The Responsibility of Intellectuals ” (la responsabilidad de los intelectuales). El ensayo es una crítica amarga y sarcástica de distinguidos pensadores que pontifican sobre la “culpabilidad colectiva” de refugiados alemanes que apenas eran capaces de sobrevivir en las ruinas del desastre en tiempos de guerra. Macdonald describe el desprecio que manifiestan esos pensadores —con una actitud de superioridad que se han conferido a sí mismos hacia esos sobrevivientes— en contraste con la reacción de soldados del ejército vencedor, que reconocen la condición humana de las víctimas y sienten empatía al presenciar su situación. Los primeros son intelectuales, los segundos no. Macdonald termina su ensayo expresando ideas sencillas: “resulta valioso ser capaz de percibir lo que tienes enfrente de ti”.  ¿Qué decir de la r

Responsabilidad de los Intelectuales, Noam Chomsky; Nota al Prólogo

  1. Tal proyecto de investigación ha sido ahora llevado a cabo y publicado como “Citizens’ White Paper” (la hoja en blanco del ciudadano), de la autoría de Franz Schurmann, Peter Dale Scott, y Reginald Zelnik, The Politics of Escalation in Vietnam [Las políticas de escalada en Vietnam] (New York: Fawcett World Library and Beacon Press, 1966). Para mayor evidencia del rechazo estadounidense a las iniciativas de Naciones Unidas para una solución por medios diplomáticos, justo antes de la escalada mayor de febrero de 1965, ver el documento de Mario Rossi, “The US Rebuff of U Thant: The Untold Story,” [El rechazo estadounidense a U Thant: la historia jamás contada] New York Review of Books, 17 de noviembre de 1966. Se cuenta con más evidencia documental sobre intentos del Frente de Liberación Nacional por establecer un gobierno de coalición y neutralizar el área, todos los cuales fueron rechazados por Estados Unidos y Saigón, su aliado, en el documento de Douglas Pike, Viet Cong: The Org

El mayor enemigo que tuve jamás, un narcisista maligno

  Mi padre, narcisista maligno, psicópata inmundo. Su carácter incestuoso despertó en él un deseo que no fue capaz de satisfacer, realizar un coito con su madre, o de preferencia fornicio frecuente. La razón de ello (no haber satisfecho su máximo anhelo) es que la autora de sus días murió cuando su hijo monstruoso (el cuarto de seis hijos varones) llegaba a la pubertad, contaba con 13 o 14 años de edad. El moderno Edipo no fue capaz de evitar dañar su organismo mediante el consumo (que inició cuando contaba con poco más de 30 años de edad) de una mezcla de ron y refresco negro (de cola) que durante los siguientes 40 años creció sin medida y eso dañó su metabolismo, destruyó su hígado y su salud mental, lo cual potencializó su destructividad y así quedó en libertad de dar rienda suelta a su depravación sin límites. Edipo aspirante a fornicador de madre sentía un temor espantoso durante su cotidianidad porque en su mente visualizaba su avance hacia un foso en llamas y detenerse, evit

Obsesión, sintomatología de mi grave neurosis... un mecanismo mental para enfrentarla

  Durante las últimas semanas (desde principios de julio, tal vez desde finales de junio) he sentido que he logrado grandes avances en lo referente a mis problemas de salud mental, la sintomatología de mi grave neurosis, cuyo síntoma más severo parece ser la obsesión en relación con miles de recuerdos de diferentes épocas de mi vida, en los que predominan narcisistas malignos, en primer lugar, mi padre psicópata.   Ese individuo horrendo de aspecto repulsivo hizo lo más que pudo por destruirme (en lo cual, tristemente, participó mi madre formando con él una simbiosis sadomasoquista) y mientras me lastimaba de todas las formas posibles, decía que me amaba y que mi percepción de ser violentado era confusión, incapacidad para darme cuenta de que lo que él hacía era cumplir con un deber, impedir que “creciera como árbol torcido” y en realidad lo que él hacía no era otra cosa que la manifestación de amor paternal que un día yo sería capaz de identificar, valorar y agradecer. Ese tipo de