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Obsesión, síntoma severo y lesivo de mi neurosis

 

Está por terminar el octavo mes del año en que (en teoría) mi edad madura ha terminado, pues cumplí 60 años en abril pasado, hace cuatro meses.

He padecido una patología grave (de las que se clasificaban como neurosis; un trastorno de personalidad, límite) que se gestó en primer lugar porque llegué al mundo con características PAS (Persona Altamente Sensible) y mis padres fueron muy destructivos. Además, habiendo llegado al mundo acompañado de una hermana gemela (la salud de los niños es más frágil cuando se trata de partos múltiples), presenté problemas severos de motricidad y coordinación desde que aprendí a caminar (siendo un bebé, por supuesto) que se agravaron durante mi niñez y la visión de uno de mis ojos es apenas de un 35 por ciento, periférica y por ello he vivido como si tuviera un solo ojo.

Enfrenté dificultades para aprender (un trastorno por déficit de atención con hiperactividad, TDAH, que nunca se detectó y en consecuencia no se atendió) y ello dio a mis padres (las personas que más daño me hicieron en mi vida) todo tipo de pretextos para violentarme de todas las formas posibles.

En abril de 2014 cumplí 50 años de edad y escribí en un mi perfil en una red social (Twitter, ahora X) “he llegado al medio siglo de vida y me dedico a leer, a traducir, a andar en bicicleta y a esperar que se acabe mi existencia”.

Me había dado por vencido, solamente esperaba que las cosas se pusieran demasiado difíciles para acabar con todo; dejar de sufrir es dejar de vivir.

Sé bien que no faltará algún idiota (no están escasos) que diga que quitarse la vida es una cobardía, pero eso no debe importarme más. Parte de mi recuperación (tal vez lo más importante) es dejar de contemplar la pobreza mental / intelectual de tantas personas, que se manifiesta mediante la expresión de ideas de una estupidez que parece no conocer límites, con tal frecuencia que en muchas personas parecería un reflejo condicionado.

Pero volviendo al tema que me ocupa, durante seis años y tres meses (entre abril de 2015 y agosto de 2021) desempeñé un empleo como traductor inglés – español en una empresa farmacéutica, algo que al principio pareció lo mejor que me había sucedido en toda mi vida, pero después fui objeto de acoso laboral perpetrado por un psicópata y su nubecilla de copartícipes (monos voladores), labor perversa que culminó con mi despido injustificado.

Durante los últimos tres años (a partir de agosto de 2021, cuando fui despojado de ese empleo y se consumó una enorme injusticia) he vivido un estrés postraumático porque he confirmado que mi padre era un psicópata, mi madre vivió como si padeciera un trastorno psicótico (tal vez esquizofrenia) y con participación de muchas personas, casi destruyeron mi vida.

El síntoma más problemático de mi neurosis es la obsesión, ser incapaz de apartar de mi mente miles de recuerdos de violencia perpetrada por individuos (en todas las épocas de mi vida) que me atacaron con saña sin que yo les diera el menor motivo. El más dañino fue mi padre, por supuesto, labor que mi madre potencializó y con la participación de muchas otras personas, consiguieron que perdiera la voluntad de vivir en dos ocasiones. Otro objeto de su violencia fue mi hermana menor, que no sobrevivió; ella falleció hace 18 años, con 33 años y medio de edad, dejando tres hijos huérfanos.

Pese a toda esa adversidad, he sido capaz de sobrevivir, he derrotado a antagonistas implacables (pagaron un precio terrible por lo que hicieron, es posible que más de uno no haya sobrevivido) y cuando (en teoría) ha comenzado la tercera edad (cumplí 60 años en abril pasado), me percato de que, podría considerar ciertas características mías logros excepcionales. Se me han practicado pruebas clínicas de química sanguínea, biometría hemática y función hepática y los resultados han sido casi perfectos, poco comunes en hombres que no tienen la mitad de mi edad.

Eso es resultado de haberme iniciado en la práctica deportiva durante mi adolescencia (a partir de los 16 años), de la mano con la adopción de un régimen alimentario compuesto por alimentos sanos y nutritivos, consumo mínimo de bebidas alcohólicas (que ya suprimí totalmente), y haber sido capaz de evitar todo tipo de abuso de sustancias, a pesar de que muchos familiares (mi padre, sus hermanos y muchos de sus hijos) se convirtieron en alcohólicos e incluso algunos han fallecido por consumo excesivo de esa droga legal.

Pese a esas características favorables, mi existencia sigue siendo difícil, dominada por un malestar siempre presente, inestabilidad emocional y ese pensamiento obsesivo que dificulta o de plano imposibilita llevar a cabo alguna actividad productiva.

¿Cómo abordar el problema, intentar resolverlo?




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