En
breve, el primer gran experimento fue una “mala idea” para los sujetos, pero no
para los diseñadores y las élites locales con ellos asociadas. Este patrón
continúa hasta el presente: colocar el lucro por encima de las personas. La
consistencia del registro no es menos impresionante que la retórica que exalta
el último montaje de democracia y capitalismo como “un milagro económico”
—mismo que la retórica oculta regularmente. Brasil, por ejemplo. En la muy
exaltada historia de la “americanización de Brasil” que mencioné antes, Gerald
Haines escribe que, a partir de 1945, Estados Unidos usó a Brasil como “un área
para probar nuevos métodos científicos fuertemente basadas en el capitalismo”.
El experimento fue llevado a cabo con “las mejores intenciones”. Inversionistas
extranjeros se beneficiaron, pero los diseñadores “creyeron sinceramente” que
la población de Brasil se beneficiaría también. No necesito narrar cómo se
beneficiaron conforme Brasil se convirtió en “la joya latinoamericana de la
comunidad de negocios internacional” bajo un gobierno militar, en las palabras
de la prensa de negocios, mientras el Banco Mundial comunicaba que dos tercios
de la población no tenía alimento suficiente para actividad física normal.
En
escritos de 1989, Haines describe “las políticas estadounidenses en Brasil”
como un “enorme éxito”, “una verdadera historia de éxito”. 1989 fue el “año
dorado” ante la mirada del mundo de los negocios, con lucro y triplicándose
respecto a 1988, mientras los salarios industriales, ya entre los más bajos del
mundo, declinaron un 20 por ciento adicional. El Informe de Naciones Unidas Sobre Desarrollo Humano colocó a Brasil
en el mismo nivel que Albania. Cuando el desastre comenzó a impactar a los
acaudalados, los “métodos científicos modernos de desarrollo de sólidas bases
en el capitalismo” (Haines) se convirtieron de pronto en evidencia de los males
del estatismo y del socialismo —otra rápida transición que se da cuando se hace
necesaria.
Para
evaluar el logro, es necesario recordar que Brasil ha sido reconocido durante
mucho tiempo como uno de los países más ricos del mundo, con enormes ventajas,
incluyendo medio siglo de dominio y tutela estadounidense con intenciones
benignas, mientras una vez más, sucede que sirve solamente para el lucro de
pocos, dejando a la mayor parte de la población en la miseria.
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