Síntomas de mi neurosis, tercera parte

 

La negatividad es también otro de mis rasgos, pero me parece que se trata de algo más bien justificado, podría ser más que otra cosa, una postura realista ante muchos fenómenos del mundo en que vivo. Lo mismo sucede con la suspicacia, que a decir verdad, no parece dañina y en cambio puede resultar muy útil para evitar ser víctima de engaños y fraudes; en el mejor de los casos, de decepciones que pueden ser evitadas.

Según esa descripción de neurosis tomada de Simple English Wikipedia, en el trato con otras personas, la neurosis puede incluir dependencia, agresividad, aislamiento esquizoide, comportamientos socioculturalmente inapropiados, etc.

En el pasado, mostré dependencia excesiva de personas con quienes intenté desarrollar relaciones voluntarias, esto es, amistad, relación de pareja, etc. Habiendo madurado, esto ha cambiado. Respecto a agresividad, he aprendido a manejar la frustración, a ignorar (por lo menos en cierta medida) la provocación proveniente de individuos cobardes e impotentes. Algo que definitivamente sí muestro es perfeccionismo, pero prefiero eso a una forma de adaptación negativa que a mi manera de ver consiste en minimizar todo lo que está mal y aceptar lo inaceptable.

Para ilustrar lo que quiero decir con esto último, al mirar noticiarios televisivos (algo que no hago casi nunca) encuentro entre otras características negativas, inaceptables, que los reporteros parecen hallarse por debajo de la línea del analfabetismo. Dicen con una frecuencia abrumadora frases como: (refiriéndose a delincuentes) que “lograron ser detenidos”; que un automóvil “participó en la comisión de un delito”; “cinco personas y un policía”; “seis vehículos y dos motocicletas”; “material flamable”, y todo tipo de expresiones aberrantes que reflejan un nivel intelectual social que podría calificarse como paupérrimo.

Un mexicano ejemplar, Carlos Monsiváis, llamaba a la educación en mi país, “la catástrofe silenciosa”.

Mi intención es usar este conocimiento recién adquirido, esta conciencia, este insight (en ocasiones epifanía) para recuperarme y vivir en plenitud, pero hay aspectos que no tengo intenciones de suprimir del todo. Ese “perfeccionismo” es uno de ellos.





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