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Mostrando las entradas de febrero, 2024

Pagar a una trabajadora sexual, por amor más que por sexo. Segunda parte

  Yo necesitaba expresar cariño, amor a una mujer; eso mitigaría el sufrimiento a que dio lugar aceptar que Lieba jamás será parte de mi vida, no volveré a interactuar con ella y por supuesto, eso representa un duelo. Con esa hermosa psicoanalista había tocado temas de sexualidad, le había informado sobre mi filia exhibicionista, que me agrada ser observado por mujeres estando desnudo, en una situación en que ellas no solamente no sienten malestar o incomodidad, sino al contrario, la experiencia les resulta agradable. Cuando le informé de ello a Lieba, esa psicoanalista que me atendió al comenzar el año 2019 (es decir hace cinco años), 20 años menor que yo —la mujer más hermosa del mundo— ella respondió que era algo natural, que era una manera de manifestar una parte importante de mí que tiene que ver con el modo como decidí vivir, la actividad física cotidiana amalgamada con hábitos de higiene muy adecuados que me proporcionaban una buena apariencia y expresar eso como una filia res

Pagar a una trabajadora sexual, por amor más que por sexo. Primera parte

  Una vez que decidí no volver a buscar a Lieba, mi amada psicoanalista, cobré conciencia de que esa decisión traería consigo un duelo, profunda tristeza que da lugar a un dolor psíquico intenso, pero no había manera de evitarlo. Le había expresado a esa bella joven (20 años menor que yo) que no tenía intenciones de hacerle la corte, principalmente por la diferencia de edad entre ella y yo, y lo que pretendía era iniciar una relación de amistad, fructífera que beneficiaría a ambos en gran medida. El primer sábado de este mes que termina, febrero, pagué a una trabajadora sexual por sus servicios, pese a que mi situación económica es difícil, pues no estoy trabajando; era una necesidad real, no tanto el sexo, sino abrazar a una mujer, besar su piel, acariciarla, decirle palabras bonitas, amarla. El sexo era lo menos importante, si bien, la desnudez resultaría un elemento esencial. La joven que me atendió dijo llamarse Angélica. Se despojó de su ropa y negó mi petición, permitirme bes